La Cooperativa de Terapeutas Ciegos, Coteci, surgió en 2015, después de que Nelson Cifuentes, su presidente, se diera cuenta de que si bien hay muchas personas con ceguera activas en el mercado laboral, no siempre reciben un pago justo por su labor. Él mismo lo experimentó en sus comienzos como masoterapeuta.
“Empecé a trabajar haciendo masajes relajantes en oficinas, subcontratado por otras empresas que ofrecían el servicio, pero el pago era malo. Para ponerlo en números, si la empresa cobraba 100 por el servicio de masajes, a mí terminaban pagando solo 20, y no me parecía justo”, comenta.
Asesorado por la Municipalidad de Recoleta, Cifuentes llegó a la conclusión de que el mejor modelo de negocio para recibir una remuneración justa, y al mismo tiempo poder dar una opción de trabajo a otros ciegos como él, era crear una cooperativa en la que cada integrante pudiera cobrar la misma tajada de los ingresos (https://bit.ly/2OQXu0y).
Hoy Coteci está conformada por cinco personas, cuatro de ellas con ceguera, más una terapeuta vidente que los asiste con las maniobras que no pueden realizar bien por su condición. Además de los masajes, ofrecen sesiones de quiropraxia, reflexología, reiki y biomagnetismo. “Todos tenemos estudios de masoterapia en la Escuela de Ciegos Santa Lucía. El resto de las disciplinas las hemos aprendido en distintas instituciones, como el Colegio Profesional de Quiroprácticos de Chile”, puntualiza el emprendedor.
El fuerte del negocio está en los masajes a empresas, donde se trasladan con sus sillas ergonométricas y otros implementos, y donde cobran un valor
promedio de $20.000 por hora, por cada terapeuta. Por otro lado, los distintos servicios que ofrecen en el local que la cooperativa tiene en el
Mercado Tirso de Molina (segundo piso, local 241), parten desde los $5.000, hasta los $20.000. “También hacemos visitas a domicilio, pero siempre
que el cliente nos vaya a buscar a algún punto para poder llegar”, acota Cifuentes.
En su corta historia, Coteci ha dado masajes en empresas como Antofagasta Minerals, ministerios, sindicatos y en la Oktoberfest de Malloco, donde
volverán a estar presentes este año. “Por suerte hemos podido trabajar con hartas compañías que han confiado en nosotros. Cuando tienes una
discapacidad cuesta mucho abrirse paso laboralmente, pero la sociedad debe darse cuenta que no estamos inhabilitados del todo, porque nuestro
intelecto sigue intacto”, concluye Cifuentes.
Fuente: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2018-10-14&PaginaId=17&bodyid=0
Noticia del 14 de octubre del 2018